Un día bajo Dios a la tierra para visitar a sus hijos.
Llego a la morada de un zapatero, una vivienda modesta y ordenada.
Dios:
-He caminado mucho y mis zapatos están rotos y mis pies maltrechos,
¿Podrías hacerme unos zapatos?... Pero no tengo con que pagarte.
Zapatero:
-Ya estoy cansado de que la gente me pida cosas y no de nada a cambio.
Tengo muchos sueños y no he podido realizarlos porque no tengo dinero.
-¿Que es lo que necesitas? -Pregunto Dios.
El zapatero sonriendo, contesto:
-Quiero muchos, pero muchos pesos.
-Yo puedo dártelos, pero a cambio de que me des tus piernas -respondió Dios.
-¿Mis piernas? ¿Como podre caminar por el bosque?
¿Como podre correr hacia mis hijos?
No, no te puedo dar mis piernas.
Dios le dice:
-Entonces tus brazos.
-¿Como podre entonces alimentarme?
¿Como podre abrazar a mi mujer? ¿Como podre acariciar a mis nietos?
No puedo darte mis brazos.
Dios insiste:
-¿Que te parece si te doy muchos millones por tus ojos?
-Pero así jamas veré un amanecer, no podre ver los ojos de mi amada,
Disfrutar de la puesta del sol. ¡No, no puedo darte mis ojos!
-¡Ah!- dijo Dios- mira nada mas cuantas riquezas posees y no te
habías dado cuenta!
Gabriel Ayala.
Arcelia Alejandra Ramirez Gonzalez
0 comentarios:
Publicar un comentario
dejame tu comentario y tu correo electronico un abrazo